Francisco Páez Molestina

El examen de los resultados electorales da lugar a destacar algunos temas que deberían ser discutidos más allá del entusiasmo electoral; aquellos ligados al sistema  político general, deben ser objeto de una valoración de gran alcance; otros, como las presentes reflexiones más bien de tipo administrativo, aunque igualmente controversiales, por ser operativas  pueden ser enfocadas como la posibilidad de cambios casi reglamentarios conducentes a una mejor representatividad ciudadana.

El primero tiene que ver con la decisión popular y la posibilidad de verificar las tendencias político-partidarias, o lo que podría haber significado otra forma de presentar las candidaturas.

En efecto desde hace algunos años se ha sugerido cambiar el sistema electoral por uno que incorpore “las tendencias”, más o menos al estilo uruguayo, esto sería que, dada la dificultad de efectuar “primarias” en el seno de los partidos o movimientos políticos, se acepte la inscripción de candidaturas con el requisito adicional de adscribirse a una tendencia política, lo cual implica que sus votos, si no son suficiente para obtener un escaño de los disputados, se sumen a la lista que participe de esta similar tendencia con mayor votación y con ello mejore o potencie la magnitud electoral de la tendencia escogida.  En definitiva sería algo como las elecciones primarias, pero no efectuadas en el ámbito partidario, con todas las restricciones y complejidades inherentes a su cabal ejecución, sino unas primarias con amplia participación ciudadana, una especie de amplio y efectivo apoyo de los electores, en primera instancia a los candidatos de su simpatía y, si no tienen una suficiente aceptación, finalmente sirvan para elegir a candidatos cercanos a su manera de pensar.

Cuadro N° 1

Organización

Escaños

%

Votación %
AP

84

72,4

51,0

Creo

10

8,6

8,5

Psc

6

5,2

8,9

Avanza

5

4,3

5,1

Psp

4

3,4

5,4

Izquierdas

4

3,4

0,3

Locales

3

2,6

0,4

116

100,0

79,6

Nota: Asignación de escaños con resultados provisionales

Verificando los resultados de las recientes elecciones se encuentra que participaron 8 candidatos para la Presidencia de la República, 11 listas para Asambleístas Nacionales y, adicionalmente a estas de carácter nacional, participaron con listas en varias provincias o localmente en una sola, 17 más, pero solamente unas 9 de estas 28 propuestas tendrán representantes, eso quiere decir que los votos, minoritarios sí, pero expresión popular indiscutiblemente, de alrededor de  20 organizaciones, con más de 6 millones de votos individuales expresados en las urnas (20.4%), aunque en forma dispersa y sin posibilidades de agregarse a otra(s) organización que les permita acceder a un puesto electoral, no tienen esta forma indirecta de representación popular, su expresión, simplemente por una tradición existente por décadas, se pierde.

Como una forma objetiva de observar estos resultados con la perspectiva sugerida de las tendencias, en el siguiente cuadro se presentan los resultados del 17 de febrero, agrupados en cuatro tendencias: (1) Alianza País + Avanza + Partido Socialista + 3 organizaciones locales; (2) Creo + Suma + Social Cristianos + 8 organizaciones locales; (3) Alianza de Izquierdas + Ruptura + MPD + 3 organizaciones locales; (4) SP + PRE + PRIAN + 5 organizaciones locales. Es de advertir que las bajas votaciones, conforme al sistema vigente y que es cuestionado en estos párrafos, bajo cualquier modalidad de asignación de escaños, no alcanzan al cociente distribuidor que necesariamente debe calcularse para distribuir los puestos previstos en la Ley y por lo tanto no tienen representación de ninguna naturaleza.

Cuadro N° 2

Sumas de las Tendencias

Presidencia

Nacionales

Andinos

Provinciales

Promedio

(1)     Alianza País

57,2

55,9

56,6

57,6

56,8

(2)    Derecha

26,6

23,1

22,2

21,7

23,4

(3)    Izquierda

4,6

7,1

7,5

6,7

6,5

(4)    Populares

11,7

13,9

13,7

14,0

13,3

Nota: En porcentajes del total de cada votación

 

Con el sistema de “tendencias”, independientemente del método de asignación, la posibilidad de que la distribución de puestos en la Asamblea (y en cualquier otro cuerpo colegiado) para las agrupaciones no mayoritarias sea más accesible es clara y debe motivarlas, como también a las que obtuvieron representaciones en las recientes elecciones, para estudiar posibilidades como la presentada en estas líneas, la cual junto con la que sigue sugiere una estructura diferente a la que tradicionalmente ha estado vigente en el País.

Otro asunto de interés es la representación electoral de las Provincias ante la Asamblea Nacional.  Inicialmente se debe considerar que como un sucedáneo a la supresión del sistema bicameral, tenemos 15  Representantes Nacionales, además la innovativa representación de los Migrantes que aporta con 6 curules en la Asamblea. El caso propuesto gira alrededor de los 116 Asambleístas  electos en sus respectivas provincias; sobre esta última representación existe una realidad que debe ser examinada desde el punto de vista de la democracia participativa, claro está que se puede simplificar el análisis o eliminarlo e incorporarse al coro (ya existente en el Senado Romano) que declama que la Función Legislativa es inoperante, o como es el decir actual son solo alzamanos alrededor de los cuales,  pensar en una modificación, es una pérdida de tiempo.

Con el propósito de objetivizar el análisis, se agrupan a las provincias por su tamaño demográfico y se presenta la representación que asume cada Asambleísta.

Cuadro N° 3

Provincias

 Población

Asambleístas

Pob/Asm

Número

%

 Número

%

Grandes (3)

7.591.550

52,4

45

38,8

168.701

Medianas (11)

5.521.278

38,1

44

37,9

125.484

Pequeñas (10)

1.370.671

9,5

27

23,3

50.766

Total

14.483.499

100,0

116

100,0

Las “grandes” son  Guayas, Manabí y Pichincha; como “pequeñas” están los datos de Bolívar, Cañar y Carchi, las 6 Amazónicas y Galápagos; en el grupo intermedio se han incorporado las restantes 4 provincias de la Costa y 7 de la Sierra. La columna de la derecha representa el número de ciudadanos que, en promedio, representa cada Asambleísta Provincial.

Sin mayor comentario, las cifras demuestran la adecuada representación que tienen las Provincias “Pequeñas”, es evidente que una democracia debe tender a favorecer la presencia de las circunscripciones de menor volumen poblacional; dicho de otra forma, sería inaceptable un modelo político en el cual 10 Provincias no tengan la significativa representación política existente en el Parlamento, en este caso, dos y tres  Asambleístas por las de menor población. Este comentario debe ser más cuidadosamente valorado si lo referimos al intento de modificar el sistema electoral por una representación numérica global como sería la disposición de elegir un representante legislativo cada cierto número de votos –por ejemplo cada 150 mil habitantes-, independientemente de la circunscripción administrativa-territorial vigente.

Al mismo tiempo es fácil notar que las Provincias Grandes y Medianas, son afectadas por una desproporción en el número de ciudadanos a los que representa, según la relación del número de Asambleístas Provinciales y su respectiva población. La posibilidad de mejorar esta representatividad, se pude medir en el siguiente cuadro.

Cuadro N° 4

Provincias

Población

Nueva composición Asamblea

Número

%

%

Pob/Asm

Grandes (3)

      7.591.550

52,4

45

71

        106.923
Medianas (11)

      5.521.278

38,1

38

60

           92.021
Pequeñas (10)

      1.370.671

9,5

17

27

           50.766
Total

    14.483.499

100,0

100

159

 

Revisando el Cuadro N° 4, se puede advertir que es factible una nueva forma de asignación de escaños que, al tiempo que mantiene una representación de las provincias “pequeñas” demográficamente hablando, hace un ajuste democrático que, sin alterar el equilibrio regional, mejora la representatividad cívica de todas las provincias del Ecuador. Con la modificación propuesta es factible rectificar la subrepresentación de las Provincias de mayor tamaño demográfico y este asunto, para proponer alguna solución, debe ser relacionado con el sistema general de asignación de puestos en el Parlamento porque afecta a la representación de las minorías.

Vinculados los temas sugeridos, representan una modificación a la estructura tradicional y rebasa los criterios de los responsables de la campaña política sobre los métodos matemáticos para asignar las curules, generalmente viscerales, no fundamentados en la verificación de las votaciones y en el significado de ese mandato popular,  por ello estas reflexiones que abren un espacio para considerar perspectivas de acceso a curules legislativas, efectivamente democráticas y representativas.

Quito, DM Marzo 2013