HISTORIA DE LA MASONERÍA QUITENSE

CAPÍTULO 4.- MASONERÍA QUITEÑA

Contenido Página

4.1. Masonería Quiteña 80
4.2. Regularidad 82
4.3. Crisis y oportunidades 88
4.4. La Masonería Mixta 93
4.5. Gran Logia Distrital del Norte 94
4.6. Perspectiva de la Masonería Ecuatoriana 106

Masonería Quiteña

En Quito de inicios del S. XX, la Masonería trabajaba en forma intermitente, varias Logias, integradas por Masones guayaquileños, radicados o eventualmente domiciliados en la Capital, compartían las aspiraciones de “hombres libres y buenas costumbres” con quiteños, provincianos y extranjeros: Roberto Andrade, Henry Troya, Carlos Molestina Puig, Telmo Paz y Miño, Aurelio Olarte, Carlos Saona, Juan José León, Luis Napoleón Dillon, (la Liga Patriótica Militar de 1925), Hugo Alemán, Jorge Carrera, Benjamín Carrión, Forrest La Ross Yoder, Andrés F. Córdova, Julio E. Moreno, Alfredo Espinoza, Víctor G. Garcés, Reynaldo Murgueitio … , y ayudaban en el levantamiento de columnas y en obras de beneficencia como “La Gota de Leche” entidad de apoyo a las Madres de escasos recursos, pero no se lograba consolidar una organización estable; sin embargo, los miembros de la Logia Simón Bolívar integrada por personalidades en los campos empresariales, las artes, la diplomacia, magistratura; de variado origen, pero con una clara decisión de lograr la formalidad, la continuidad, decidieron incorporarse a la “regularidad” como un salto cualitativo y dinámico en acoger a muchos profanos que aspiraban a participar en los nobles fines de la Augusta Orden Masónica.

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Carlos Molestina Puig, Tercera generación de masones
Los datos más certeros llevan a precisar que a comienzos de siglo trabajaban en Quito pero de modo irregular, pues no se había llenado todos los requisitos indispensables para la fundación legal, una Logia denominada «Luz de Pichincha» dependiente del Gran Oriente Español. Con la aprobación del Supremo Consejo del Perú, en cuya jurisdicción estaba ubicada entonces, el activo Hermano Plaza procedió a la debida regularización de los miembros que la componían, teniendo lugar este hecho a fines del año 1905. Los hermanos regularizados fueron los distinguidos liberales: Dr. José Peralta, Coronel José Cornelio Valencia, Luciano Coral, Federico Enaminger, Celiano Monge, General Flavio E. Alfaro, Manuel Armando Diez, Pedro J. Cuesta, Antonio Rosania, Benigno Vizcaíno, Daniel Pintado. Carlos Alberto Flores, Juan José Aguirre, Francisco M. López, Manuel Almeida, Emilio Bello y Harry Compton.
Aprovechando de su estadía en la capital, el incansable Hermano Plaza consiguió fundar otra Logia más a la que en rememoración de la primera que hubo en Quito por 1808, llamó ‘Ley Natural». Este nuevo triunfo en una ciudad tan fanatizada como Quito, por aquellos días, aconteció el 31 de Diciembre de 1906, siendo los compañeros que allegó para el efecto, los hermanos: Harry Compton. José Cornelio Valencia, Carlos Alberto Flores, Luces Ortiz, Daniel Pintado, Flavio E. Alfaro, Manuel María Almeida y Federico Ensminger, todos ellos Maestros Masones, la Carta Constitutivo le fue acordada el 20 de Febrero de 1907. De trascendencia para la Masonería Quiteña es el hecho de la Logia “Bolívar No. 4″ había sido establecida en Quito para el año 1909, al amparo del Rito Moderno Español, aunque no había sido reconocida por las potestades Masónicas del Mundo, trabajaba con personajes como Héctor Egas, Julio Concha, Carlos Alberto Hernández, Mauricio de Wind, Bartolomé Vinelli, Alcides Pesantez y Fortunato Ramia.
En Enero de 1918, la Logia «Sucre» invitó a una gran reunión en la cual, por unanimidad se lanzó el acuerdo de convocar a todas las Logias ecuatorianas a un Convento Masónico que se ocupara de las cuestiones previas a la constitución de la Gran Logia del Ecuador. La Logia Bolívar concurrió a este llamado así como las de Guayaquil, aunque la «Luz del Guayas» que dependía de la Gran Logia del Perú, puso ciertas restricciones, desde aquí esta aspiración tuvo dificultades en la aceptación nacional e internacional y efectivamente no llegó a funcionar.
Como se revisó en el anterior capítulo, la Gran Logia del Ecuador, finalmente se cristalizó en 1921 y en sesión extraordinaria de la Gran Logia, que tuvo lugar el 25 de Marzo del 1922 mismo año, se recibió una solicitud de numerosos masones del valle de Quito, pidiendo Carta Constitutiva para formar una Logia en la Capital, que ya se ha sacudido bastante de la tutela del clero y a la que deseaban llamar «Veinticuatro de Mayo» en honor a la fecha de la Batalla del Pichincha que decidió la libertad del Ecuador en la guerra por la Independencia. La Carta les fue acordada el 21 de Mayo de 1922, considerándole en ella, como fundadores a los hermanos: José A. Treviño, Enrique Albornoz, Rafael Jiménez, Carlos T. García, Alejandro Albuja, Julio C. de la Rosa, Rafael E. Proaño, Leonardo Betancourt, Manuel Jaramillo A. y Peregrino Rivera Arce.
Regularidad

Pero debieron de transcurrir décadas para que el ingreso de la Masonería Quiteña a la institucionalidad internacional se realice y 1950 puede ser la fecha ficticia de cambio de época. Ficticia porque tratándose de un hecho social, las transformaciones sociales-científico-tecnológicas conforman un proceso de mucho tiempo, pero por la tendencia de centrar en un año de los terminados en cero a los acontecimientos especiales de la humanidad, es un buen dato. Entre los muchos cambios operados universalmente se encuentra la modernización de métodos y técnicas de la administración de las entidades, vinculadas al incremento poblacional, a la mejora en las comunicaciones lo que se refleja en una organización desconcentrada. Mientras el pensamiento central de la humanidad retomaba la necesidad de la Paz Mundial.

Aplicado lo anterior a la Masonería Ecuatoriana, es alrededor de esta fecha que se observa el aumento de logias y de miembros que confluían en impulsar los principios de la Paz basada en la Libertad, Igualdad y Fraternidad; la conveniencia de que la relación entre autoridades y talleres tenga la agilidad y oportunidad ya extendida por América; de que la administración centralizada más bien era el sello de una etapa superada.

Así es como el 12 de julio de 1950, se produce el cambio de época de la Masonería Quitense, la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador en conocimiento de una petición presentada desde Quito por sus altas dignidades y autoridades, autoriza que, con el título de “Simón Bolívar N° 12”, continúe sus trabajos regulares con el Rito de York, en Quito y en plenitud de atribuciones y deberes, habiendo designado el siguiente Cuadro: Venerable Maestro, Manuel Sánchez Navarro; Primer Vigilante, Luis Alcívar; Segundo Vigilante, César Moral. También integraban este Taller: Pablo H. Vela, Carlos Virgilio Rodríguez, Francisco Portilla, Alfonso Cruz, Luis Córdova Andrade, Alberto Sarmiento.

Las reuniones de este Taller continuaron, con mayor entusiasmo en la edificación empresarial, en las calles Espejo y Flores, de Eduardo Ledesma, otro de sus miembros; posteriormente y por muchos años arreglaron el Templo en el Edificio de “La Unión”, frente al antiguo Correo, actualmente la Vicepresidencia de la República.

Con motivo de la celebración del 10° aniversario de la “Simón Bolívar” y teniendo en cuenta el progreso urbanístico de la ciudad se concretaron aspiraciones varias veces discutidas de adquirir un local propio; el primer paso había sido la donación a la “Simón Bolívar No. 12” de Quito, de un terreno en una urbanización en el sector de la Pradera, por su propietario el Masón León Erdstein; en esta fecha, 24 de julio de 1960, se efectuó la ceremonia de colocación de la Primera Piedra del Templo y fue el comienzo de una ardua campaña para su construcción; un año después, 1961, en lo que constituye la mayor colaboración de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador, el Gran Maestro Jorge A. Paladines V. expidió un Decreto que dice: “Considerando: que la R…L …S:. Simón Bolívar No. 12 ha construido un edificio que será destinado a las actividades institucionales de la misma, que estos QQ…HH… son acreedores de toda loa y de la gratitud de la Francmasonería, Decreta: tributar un Voto de Aplauso y Admiración a la R…L…S… Simón Bolívar No. 12 del Valle de Quito y a los QQ…HH… propulsores en llevar a la realidad tan magnífica obra. Entregar medalla y pergamino de recuerdo”. Igual es un grato recuerdo la donación de 1.000 sacos de cemento hechos a título personal por Forest La Rose Yoder que, como se indica anteriormente, era vinculado a la Masonería Quiteña desde tiempo atrás.

Los planos, cálculos estructurales, la administración económica y financiera fueron encomendados y generosamente cumplidos por los HH.•. Rubén Zambrano Monje, Gonzalo Sevilla, Germán Portilla y Alfonso Cruz Orejuela, profesionales de trayectoria en el campo empresarial. El primero de ellos en entrevista publicada en la Revista Correo Masónico, publicada por los 20 años de la Gran Logia Equinoccial del Ecuador, señala la excepcional conducción del connotado médico y Maestro Masón Alfonso Cruz Orejuela, quien “se las ingenió para no suspender los trabajos, su aporte debió muy significativo” y además, como consta en uno de sus informes de labores como Venerable Maestro, debió afrontar y desvirtuar los ataques de un sector de la jerarquía de la Iglesia Católica de Quito, opuesta a la obra en ese distinguido lugar de la Capital. Concluye, el arq. Zambrano, destacando el aporte de Francisco Portilla, Raúl Iturralde, Jorge Broide, Jaime Darquea, Alejandro Jara y en general de los integrantes de la “Simón Bolívar N° 12” por su trabajo y pujanza en la culminación de esta obra.
Contando con las amplias instalaciones del Templo, la Masonería Quiteña aceleró su crecimiento. Para el año de 1974 trabajaban en este Oriente las Logias “Simón Bolívar” No. 12, “Pichincha” No. 15 (1965), “Rumiñahui N° 16” (1973) “Luis Vargas Torres” No. 17 (1974) y “George Washington” No. 18 (reinstalada 1974); esta última compuesta por HH.•. norteamericanos e ingleses, vinculados con las empresas petroleras de aquella época, trabajaban en idioma inglés. Este florecimiento dio paso a la idea de formar una organización local para dotarles de la facilidad administrativa acorde con los requerimientos y facilidades de la época y así superar inconvenientes; esta situación llega a extremos como que, según consta en actas, en Tenida de Alta Cámara, en la sede de Guayaquil, los representantes de las Logias Quiteñas solicitaron a las autoridades de la Gran Logia del Ecuador que se deje sin efecto la prohibición de ingresar al Templo que ellos mismo habían construido, haciendo énfasis en lo injusto de esta medida, exponiendo que, por otra parte, la Gran Maestría había autorizado para que trabajen en este Templo hermanos que no pertenecían a la Gran Logia; en general, los Masones Quiteños estaban inconformes con lo engorroso y lento procedimiento dado por Guayaquil en el trámite de gestiones de toda magnitud, lo cual incidía en su progreso y afirmación.
Dentro de la lógica administrativa moderna, ágil, funcional al crecimiento observado y disponiendo de las condiciones materiales para un funcionamiento autónomo y descentralizado que permitan superar los persistentes problemas anotados, en agosto de 1974 las Logias Quiteñas expresan a la Gran Logia, con sede en Guayaquil que han acordado actuar en consenso para constituir una Gran Logia con sede en la ciudad de Quito; se convoca para el 11 de Diciembre la Segunda Reunión Trimestral Ordinaria de la Alta Cámara, organismo máximo en la administración Masónica Ecuatoriana, en la cual se trataría el asunto propuesto por la Masonería Quiteña, sin embargo, cuando los Hermanos interesados de Quito y Cuenca, no solo se encontraban en Guayaquil, sino ya en el Templo donde se debía efectuar la reunión, fueron informados de la postergación para el día 11 de enero de 1975; ante esta falta de consideración, no admisible en términos de fraternidad masónica, reclama por escrito, Giovanni Pantalone, de las autoridades de la Masonería Quiteña.

El 11 de Enero de 1975, entre las resoluciones de la Segunda Reunión Trimestral Ordinaria de la Alta Cámara, no consta el conocimiento y resolución sobre lo expuesto por la Masonería Quiteña, pero se expide un Decreto suspendiendo los derechos masónicos del Hermano Pantalone por desacato al Gran Maestro y se le pone a disposición de sus jueces naturales para el juzgamiento. Así procedió la Logia Rumiñahui No. 16, tramitó el correspondiente juicio y resolvió su inocencia. Meses más tarde, en mayo, la Logia Rumiñahui No. 16 efectúa sus elecciones regulares, eligiendo como Guarda Templo a Giovanni Pantalone y con una celeridad no ocurrida ni antes ni después de este acontecimiento, el 23 de ese mismo mes, por Decreto de la Gran Maestría se declara irregular a la R…L…S… Rumiñahui No. 16 por haber elegido Guarda Templo a un H… suspendido.

pantaleone

Este nuevo problema causa malestar en la Capital, mientras unos consideran otro atropello más en la serie ya relatada y que requiere una inmediata acción de la Masonería local, otros aspiran una solución desde Guayaquil. La Logia Rumiñahui N° 16, la más numerosa de Quito, opta por un reordenamiento de su estructura, dando paso a otros Talleres: “Quiteño Libre No. 2”, “Fraternidad No. 3” y “Rumiñahui No. 4”. Bajo la consideración histórico-simbólica del origen la Masonería Quiteña, no se ocupó el No. 1, que fue el asignado a la Logia Ley Natural, formada a inicios del 1800. Adicionalmente, se organiza y tramita el reconocimiento oficial ante el Gobierno Nacional, de la “Serenísima Gran Logia Nacional del Ecuador”, lo cual se efectiviza con la aprobación publicada en el Registro Oficial del 21 de agosto de 1975. Mientras las tres Logias, inmediatamente antes mencionadas, conformaron este nuevo organismo masónico, las restantes, estas son: “Simón Bolívar No. 12”, “Pichincha No. 15”, “Luis Vargas Torres No. 17” y “George Washington No. 18”, continuaron con su dependencia de la Gran Logia del Ecuador, con sede en Guayaquil, sin que ello signifique un rompimiento entre los dos sectores a punto de que fraternalmente compartían las instalaciones del Templo; en cambio en la sede de Guayaquil se interpretó como una irregularidad por lo cual se ordena, desde el 2 de setiembre de ese mismo año, suspender los trabajos masónicos en el Oriente de Quito, pues es conveniente mantener la pureza del simbolismo”.

Sin embargo de que los dos grupos siguieron trabajando, la SGLNE, en el Templo y las otras Logias en “campaña”, las relaciones con la sede de Guayaquil se había empeorado a tal punto que sus mismos altos oficiales decidieron buscar una solución que impulse el desarrollo de la Masonería en Quito y en el Ecuador y, ante el pedido de Manuel Barba de la Logia Simón Bolívar, Winston Srolis de la Logia Pichincha y Kanti Hore de la Logia Luis Vargas Torres, Venerables Maestros de estas Logias que no había plegado a la Serenísima Gran Logia, de, siguiendo el mismo procedimiento hecho por las Logias Guayaquileñas en 1920, en que dependían de la Gran Logia del Perú, solicitar territorio para levantar las columnas de la Gran Logia Equinoccial del Ecuador (posteriormente se incorporó la Logia George Washington N° 18).

En Tenida, regularmente convocada e instalada, de la Alta Cámara de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador, llevada a cabo el 10 de noviembre de 1979, presidida por el Gran Maestro Carlos Reinoso Calero, se aprueba la solicitud de las Logias Quiteñas para concederles territorio sobre la provincia de Pichincha, con el siguiente resultado: 31 votos a favor de la moción; 21 votos en contra y 2 abstenciones.
Las partes relevantes del Decreto N° 61 que da cumplimiento a este Acuerdo de la Alta Cámara de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador, que fuera expedido por Gran Maestro Carlos Reinoso Calero, el 29 de noviembre de 1979, dicen:
“Carlos Reinos Calero, Gran Maestro de la Muy Resp.•. Gran Logia de los AA.•. LL.•. y AA.•. MM.•. del Ecuador, en uso de las facultades que le conceden la Constitución y Estatutos de la Orden,
CONSIDERANDO
1.- Que la Muy Resp.•. Gran Logia del Ecuador, Tenida Extraordinaria del 10 de noviembre de mil novecientos setenta y nueve E. V. acordó la cesión de territorio para la formación de una Gran Logia Masónica, con Sede en Quito.
2.- Que es deber del Muy Resp.•. Gran Maestro, cumplir y hacer cumplir las resoluciones de Gran Logia del Ecuador.
DECRETO
Art. 1.- Autorizar a las Respetables Logias Simbólicas “Simón Bolívar” No. 12, “Pichincha” No. 15, “Luis Vargas Torres” No. 17 y “George Washington” No. 18 de nuestra jurisdicción, para que procedan a la constitución de la Gran Logia Equinoccial, con Sede en Quito y con jurisdicción en la Provincia de Pichincha.
Art. 2.- Hasta cuando en uso de sus atribuciones la nueva Gran Logia Equinoccial, apruebe su Constitución, Estatutos y Reglamentos, regirán en todo lo pertinente, los de la Muy Resp∴ Gran Logia del Ecuador.
Art. 3.- Hasta cuando la Gran Logia Equinoccial elija a su Cuadro de Altas Dignidades y Grandes Oficiales, actuará el siguiente Cuadro, con todas las atribuciones: Gran Maestro, R∴ H∴ Pablo Guerrero Torres; Diputado Gran Maestro, R∴H∴ Galo Albornoz López; Prim∴ Gran Vig∴, R∴ H∴ Galo Flor Pinto; Sgdo∴ Gran Vig∴, R∴ H∴ Cristóbal Cañizares Díaz; Gran Orador, R∴ H∴ Hugo Herdoíza; Gran Tesorero, R∴ H∴ Leonel Díaz Mc.Arthur; Gran Secretario, R∴H∴ Bernardo Jaramillo Sáenz; Gran Maestro de Cerem∴, Carlos Villagómez Peñafiel; Gran Pr∴ Diác∴, R∴ H∴ Jimmy Suárez Paz; Gran Seg∴Diác∴, R∴ H∴ Jaime A. Chiriboga Estupiñán; Guard∴Temp∴ Int∴, R∴H∴ Victor M. Peñaherrera Mateus; Guard∴ Temp∴ Ext∴, R∴ H∴ Alberto Sarmiento Sacoto.
Art. 4.- Comuníquese la creación de la Gran Logia Equinoccial a todas las Grandes Potencias Masónicas Regulares del Universo, a efecto de obtener el reconocimiento Masónico Internacional.”
La Tenida de Instalación de esta flamante Gran Logia, se llevó a cabo en el Templo de la Fraternidad, Oriente de Quito, a los catorce días del mes de diciembre de 1979. El Acta de tan importante acontecimiento, es suscrita por el Gran Maestro de la Gran Logia Equinoccial del Ecuador, Pablo Guerrero Torres, y el Gran Maestro de la Gran Logia del Ecuador, Carlos Reinoso Calero. El 19 de diciembre de 1979, los dos Grandes Maestros antes mencionados, dirigieron sendas comunicaciones al Universo Masónico, dando a conocer la creación de la Gran Logia Equinoccial del Ecuador.
Crisis y oportunidades
Pero, el 20 de diciembre de 1979, se instala en Guayaquil una Asamblea Masónica, solicitada por cinco Venerables Maestros de Logias pertenecientes a la Gran Logia del Ecuador con sede en Guayaquil, presidida por el Hermano Gran Primer Vigilante, encargado de las funciones de Diputado Gran Maestro, en la que se resuelve destituir al Gran Maestro Carlos Reinoso Calero (no convocante a esta Asamblea), aduciendo “ausencia injustificada a sus funciones”, se le reemplaza por el homónimo Carlos Reinoso Viteri; también se deja sin efecto el Decreto No. 61 mediante el cual se creaba la Gran Logia Equinoccial, declarándolo nulo y sin efecto legal; se discute la constitucionalidad del mencionado Decreto y se pronuncia por que lo aprobado en la Tenida Extraordinaria de Gran Logia de fecha 10 de noviembre de 1979, no es de creación de otra Gran Logia con jurisdicción en el Ecuador.
Desde entonces la Gran Logia Equinoccial del Ecuador –GLEDE- mantiene difíciles relaciones con la Gran Logia del Ecuador y con los masones, nacional e internacionalmente, alineados con esta organización. Asunto que debilita la unión y prosperidad de la Masonería Quiteña y Ecuatoriana.
Sin embargo de ello, la GLEDE ha realizado una intensa y permanente actividad en el campo nacional y también en sus relaciones internacionales. Sobre la primera área es significativa la colaboración fraterna concertada con la Serenísima Gran Logia Nacional para, transitoriamente, hasta concluir el trámite de aprobación, acogerse a los Reglamentos de ésta última; esta comunidad de objetivos se concretó el 20 de Agosto de 1980 en que llegan a un acuerdo fraternal la Serenísima Gran Logia Nacional -que, bajo el mallete de Ricardo López Pinto y Giovanni Pantaleone, venía trabajando separada tanto de la Gran Logia con sede en Guayaquil, como de las actividades de los masones quiteños, relatadas en los párrafos anteriores- y la Gran Logia Equinoccial, haciendo factible que se incorporen a la GLEDE los Talleres: Quiteño Libre No. 2; Fraternidad No. 3; y Rumiñahui No. 4 de Quito y Fraternidad Manabita No. 5 del puerto de Manta. Semanas más tarde, la Logia Luz del Austro No. 19 de la ciudad de Cuenca, resuelve separarse de Guayaquil, reformularse a través de las Logias: José Peralta No. 9; Hiram Habif No. 10 y San Juan No. 11 que se afilian a la GLEDE desde diciembre de ese mismo año.
El Templo Masónico de la Pradera cuyo sacrificado e inteligente trabajo de construcción fue dirigido por la Logia “Simón Bolívar N° 12” quedó en manos de la GLEDE que dedicó importantes esfuerzos a la obra material de su conclusión y mantenimiento, es así como en 1982, se inaugura el templo “B” en el tercer piso. Posterior y continuamente se han realizado amplios trabajos de remodelación y ampliaciones.

Este incremento ha sido el sustento material para la incorporación de más miembros y nuevas Logias que han cumplido sus propósitos de mejoramiento espiritual personal y de ordenamiento interno en armonía y fraternidad. El relato de las altas autoridades y oficiales electas con la normalidad y periodicidad esperadas, son prueba de ello.

El primer Gran Cuadro tuvo como Gran Maestro a Pablo Guerrero, Diputado Gran Maestro a Galo Albornoz, fueron acompañados por Galo Flor, Cristóbal Cañizares, Hugo Herdoiza, Bernardo Jaramillo y Leonel Díaz; para el siguiente período fueron electos: Ricardo López y Hugo Herdoiza, en la cabeza, más, Manuel Horra, Fidel Jaramillo, Edgar Rivadeneyra, Antonio Vergara, Mauricio Montalvo, Winston Srolis y Marco Carrión. En 1983 el Gran Cuadro se conformó con Galo Flor y Fidel Jaramillo, acompañados de Cristóbal Cañizares, Hernán Miño, Eduardo Borja, Mauricio Montalvo, Antonio Vergara, Donald King, Raúl Toral; para 1985 fueron: Pablo Guerrero, Juan Mora, Raúl García, Eddie Cantos, Jaime Chiriboga, Pablo Granja, Antonio Vergara, Luis Cifuentes, Raúl Toral. En 1987 las elecciones determinaron a Fidel Jaramillo como Gran Maestro y Miguel Sánchez como Diputado Gran Maestro, las restantes dignidades fueron para José Chávez, Galo Pachano, Bernardo Jaramillo, Antonio Vergara, Marco Ordoñez, Luis Ortiz y Nicanor Merchán. El último Cuadro de la década de los ochenta estuvo con Ricardo López, Jaime Egas, Bernardo Jaramillo, Herbert Penkert, Alejandro Siguenza, Raúl Iturralde, Hugo Celi y José Rodríguez.

Este es el período de consolidación de la GLEDE, tanto en la parte física, en el levantamiento de columnas dentro y fuera de Quito, como en los esfuerzos por defender la regularidad en foros internacionales.

En 1991 la GLEDE eligió como sus altas autoridades a: Jaime Chiriboga y Pablo Ricaurte, como Gran Maestro y Diputado Gran Maestro, respectivamente, los otros Oficiales fueron: Miguel Sánchez, Eddie Cantos, Nelson Almeida, Marco Ordoñez, Jaime Romero y Pedro Freile; en 1993 la elección recayó en: Jaime Egas, Jorge Rodríguez, Jaime Velásquez, Alfredo Jiménez, Galo Pachano, Antonio Vergara, Carlos Nájera y Bolívar Bolaños; para 1995, la dirección de la GLEDE se asignó a: Marco Ordoñez, Pablo Granja, Alfredo Terán, Adrián Bonilla, Marcelo Almeida, Ramón Torres, César Guerra y Bolívar Bolaños; el siguiente período fue encabezado por Jaime Egas y Alfredo Terán, sus inmediatos Oficiales fueron: Raúl Yépez, Napoleón Arteaga, Augusto Durán, Antonio, Hugo Román, Bolívar Bolaños. Ramón Torres, Gran Maestro y Bolívar Bolaños, Diputado Gran Maestro, fueron elegidos en 1999 en conjunto con Wilson Flores, Carlos Cobos, Byron Ojeda, Raúl Carrera, Edmundo Arregui y Fausto Marín.

Es importante esta década para los acuerdos de la GLEDE con el Supremo Consejo del Grado 33, con varios Grandes Orientes: Francia, Canadá, Perú, Español Unido, Argentina… y Grandes Tenidas de masiva concurrencia, así como el primer esfuerzo para conformar la Confederación Masónica Ecuatoriana.

El comienzo del milenio tiene como Gran Maestro a Alfredo Terán, Diputado Gran Maestro Hugo Román, los Grandes Oficiales: José Rodas, Edgar Carvajal, Marcelo Rivadeneira, Néstor Bolaños, César Guerra y Winston Gómez. El 2003 son electos: Néstor Bolaños, José Rodas y Edgar Moncayo, Jorge Díaz, Joffre Cadena, Gustavo Egas, César Guerra y Oscar Cisneros; el siguiente período masónico fue dirigido por José Rodas, Jaime Muñoz, Pablo Espinoza, Manuel Salas, Gustavo Egas, Bolívar Bolaños, César Guerra y Amílcar Proaño. A continuación la elección fue por Jorge Díaz y Pablo Espinoza en la máxima dirigencia y las restantes autoridades fueron Edgar Jarrín, Marcos Tapia, Carlos Naranjo, Glen Soria, Fausto Dután y Ricardo Pruna; en el 2011 se instaló el Gran Cuadro compuesto por Pablo Espinoza, Jaime Gutierrez, Glen Soria, Eduardo Granja, Arturo Cabrera, Edgar Jarrín, Danilo Peñaherrera y Milton Valdivieso. En el más reciente proceso de elecciones logiales se designó a Jaime Gutierrez, como Gran Maestro, Eduardo Granja, es el Diputado Gran Maestro, para los demás cargos triunfaron René Orejuela, Juan Maldonado, Marcelo Reinoso, Belisario, Merizalde, Patricio Arellano y Milton Valdivieso.

El enunciado de los masones que han asumido la responsabilidad de dirigir la GLEDE por más de siete lustros y la revisión de su accionar , revela una línea de trabajo orientada a confirmar su trabajo masónico regular y el reconocimiento internacional a través de numerosos contactos, tanto como representaciones de la GLEDE en eventos en otras naciones americanas y europeas, como por las visitas recibidas.

En forma paralela desarrolló trabajos con el filosofismo que había obtenido el auspicio y patrocinio del Supremo Consejo de Venezuela, para la instalación del Segundo Supremo Consejo de los Grandes Inspectores Generales, Caballeros Comendadores del Grado 33, para la República del Ecuador, según el Acta de Constitución de 17 julio de 1976, con la representación del Soberano Gran Comendador Venezolano Joaquín Carmen Plana y la asistencia de los siguiente Grandes Inspectores Generales: Rodrigo Álvarez, Ricardo López, Juan Pantalone, Edgar Rivadeneyra, Wladimiro Villalva, Hugo Espinoza, Hugo Delfini, Augusto Torres, Juan Mora, Jaime Velásquez, Fidel Jaramillo y Raúl Iturralde. Sus Soberanos Grandes Comendadores han sido: Rodrigo Álvarez Saá, Pablo Guerrero Torres, Jaime Arturo Chiriboga, Galo Pachano Holguín, Marco Ordoñez Andrade, Jaime E. Egas Daza y Alfredo Terán Almeida.

Con respecto a las gestiones para superar el impasse existente con la Gran Logia del Ecuador, sobresalen: la reunión en Guayaquil del 30 de Agosto de 1988, en que Antonio Vergara, Miguel Sánchez, Luis Ortiz y Galo Pachano por la GLEDE; Armando Caicedo, Ricardo Chang, José Patiño, Jorge Morán y Ángel Sánchez de la Gran Logia del Ecuador; y con la presencia de Max Souffriau de la G…L… del Perú y Representante del Secretario Ejecutivo de la C.M.I., acuerdan un Protocolo de reconocimiento y relaciones registrado ante Notario Público. Sin embargo del respaldo internacional, no tuvo efectiva vigencia.

I Convención Masónica del Ecuador, Quito, 01/2001

Por iniciativa de Ramón Torres como Gran Maestro, en 2001, se conformó la Confederación Masónica del Ecuador, con la organizadora, la Gran Logia Equinoccial más otros desprendimientos de la “regularidad”, las Grandes Logias del Austro y Occidental; su propuesta de fortalecer la unidad nacional Masónica, no ha tenido respuesta.

El 9 de julio del 2008, en Gran Tenida de Gala realizada en la Capilla del Museo de la Ciudad de Quito, se procedió a firmar el acuerdo de Paz y Amistad entre la Gran Logia de Antiguos y Aceptados Masones del Ecuador, representada por su Gran Maestro Patricio Caicedo y la Gran Logia Equinoccial del Ecuador, representada por su Gran Maestro Pablo Granja, con la presencia de centenares de masones de varias Potencias y el aval de Hernando Osorio, de la Serenísima Gran Logia Nacional de Colombia Y Presidente de la Zona IV de la CMI; Manuel Manrique, Gran Maestro. de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Perú y Presidente de la Zona VI de la CMI; German Pinto, Representante de la Gran Logia Simbólica de Venezuela; y Antonio Kwiek, Representante de la Gran Logia de Sao Paulo ante la Gran Logia del Ecuador. Igual que los anteriores esfuerzos, no existe una aceptación plena al Acuerdo, no ha sido aplicado por las Partes.

La Masonería Mixta
Un grupo de esposas e hijas de masones, conocidas como cuñadas y sobrinas y denominadas “Estrellitas de Oriente”, habían asumido la tarea de llevar a efecto la obra filantrópica de la GLEDE; muchas de ellas consideraban la limitación de este encargo frente a sus aspiraciones espirituales, estas expresiones pudieron ser concretadas cuando, a mediados de 1987, recibieron la visita de Margarita Marchan del Gran Oriente Mixto de Chile quien no solamente les felicitó por sus ideas, sino que pragmáticamente, les invitó para Chile a fin de que sean iniciadas; sin bien no fue posible efectivizar este viaje, Marina Muñoz y Dolores Ugarte, que acompañaban a sus esposos a un evento masónico en Sao Paulo se iniciaron ahí, en abril de 1988.

De retorno a Ecuador con la ayuda de dos Masones activos iniciaron a otras hermanas y hermanos y el 22 de mayo de 1988 levantaron Columnas de la A∴R∴L∴ Mixta S∴ “Libertad N° 5”. Así fue como Dolores Ugarte, Marina Muñoz, Gladis de Ortuño, Ivon Ortuño, Elisabeth Ortuño, Gloria Espinel y Laura Acuña de Nájera, iniciaron la actividad Masónica femenina en el Ecuador que pronto, el 24 de julio de 1988, se incrementó con el levantamiento de columnas de la A∴R∴L∴ Mixta S∴ “Arte Real N° 62 integrada por 5 mujeres y dos Masones, esta actividad fue realzada con la presencia de la Gran Maestra Vera Fasiollo que vino desde Brasil.

Posteriormente, apareció la A∴R∴L∴S∴ “Nueva Luz de América” cuya primera V∴M∴ fue Josefina Vergara. Posteriormente se conoció del levantamiento de columnas de la A∴R∴L∴S∴ “Inti”. A fines de enero de 2011 en Cuenca, levantó columnas la A∴R∴L∴S∴ “Guadalupe Larriva” dependiente de la Gran Logia del Austro.

Desde junio del 2007, la Masonería mixta ecuatoriana es absolutamente independiente y se compone de seis logias que trabajan en Quito y una en Cuenca, dirigidas por una instancia administrativa superior denominada Gran Oriente Ecuatoriano Nueva Era –GROENE-, la cual que es reconocida a nivel sudamericano por la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica -CIMAS-.

La Gran Logia Distrital del Norte

La Masonería ”regular” de Quito fue gravemente impactada por los insucesos relatados en páginas anteriores sobre las decisiones de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador sobre la Gran Logia Equinoccial del Ecuador; en realidad, solamente el grupo de miembros de la “Simón Bolívar N° 12” que aceptó lo decretado por Guayaquil, en varios momentos incrementado con la reincorporación y adhesión de masones que se desvincularon de la GLEDE, debió afrontar la permanencia de la regularidad masónica en la Capital. Sobre este esfuerzo es significativo puntualizar que el Templo y sus instalaciones quedaron en la GLEDE, debiendo, por lo tanto, empezar desde cero en la parte material; Manuel Barba, Jaime Arroyo, Manuel Altamirano, Eduardo Almeida, Víctor Jiménez, Cristóbal Cañizares, Galo Albornoz, Carlos Jaramillo, José León y otros que no ha sido posible identificarlos, fueron persistentes y por más de dos décadas lograron mantener la permanencia de la cuestionada, pero ampliamente aceptada, regularidad en Quito lo cual implica la dependencia a Gran Logia con sede en Guayaquil.

Al finalizar el S. XX en la GLEDE se manifestaron criterios divergentes con su conducción, esto dio ocasión para que varios de sus miembros se separen y en su mayoría se incorporen a la Masonería regular, reforzaron sus filas, dinamizaron su crecimiento espiritual y el cuantitativo; así la Masonería Regular de Quito activó de manera sistemática las Logias “Simón Bolívar N° 12”, Juan Pío Montúfar N° 23”, “Praxis de la Razón N° 34”, José Mejía Lequerica N° 35”, Libertad N° 39” y Humanismo N° 40”.

Como paralelamente, en Riobamba y en Cuenca, activamente trabajaban las Logias “Fernando Daquilema N° 37 y “Nueva Estrella N° 38”; y, “José Domingo Lamar N° 30” y “Acacia N° 32”, respectivamente, se produjo un acercamiento por la coincidencia de ideales y objetivos. Así es como, frente a los nuevos problemas surgidos por la intemperancia en el tratamiento de problemas dirigenciales en Guayaquil, se aúnan esfuerzos y en Riobamba, el 19 de agosto de 2000, se instala el Tercer Convento Masónico de la Masonería Ecuatoriana al que concurren, además de las Logias antes citadas, las de Guayaquil: “Luz del Guayas N° 1”, “Cinco de junio N° 2”, “Sucre N° 10”, “Eloy Alfaro N° 13” y “Francisco de Miranda N° 22” de Salinas.

A este magno evento al que concurren tradicionales dignidades de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador, como los Pasados Grandes Maestros Carlos Reinoso Viteri, Higinio Malavé, Armando Caicedo; de Gustavo Martínez y Patricio Caicedo, futuros Grandes Maestros; bajo la conducción de Atilio Wong, se procedió a confirmar la calidad de Masonería Regular, Universal, Iniciática y Esotérica, de reconocer a los Tratados, Convenios, y Rituales dispuestos por la Gran Logia Unida de Inglaterra y de ratificar su adhesión a las Confederaciones Masónica Interamericana y Bolivariana, resuelven elegir el nuevo Cuadro de Grandes Dignidades y Oficiales, encabezado por Enrique Cadena y Patricio Ruiz y la participación de Alfonso Calderón de Cuenca y Germán Flor de Riobamba, de Jorge Romero, Carlos Hidalgo, éstos últimos, en períodos subsiguientes, electos Grandes Maestros de la Gran Logia del Ecuador.

La composición de este Gran Cuadro Logial, supera la formalidad en tanto fueron electos como Altas Dignidades los Grandes Maestros Distritales del Norte, Centro y Sur y luego de que varios ponentes en la Convención expusieron y propusieron sobre la fortaleza en la organización Masónica que implica la creación de las Grandes Logias Distritales, entonces esta elección verifica el beneplácito de los asistentes, en especial de la membresía Guayaquileña, por la existencia de este nuevo sistema de descentralización. El nuevo Gran Cuadro Logial en Tenidas celebradas el 15 de setiembre de 2001, en Cuenca y en Riobamba el 15 de diciembre de ese año, discuten y aprueban la creación de las Grandes Logias Distritales, teniendo certificación correspondiente a su legal trámite del Gran Secretario Enrique Guzmán, en Guayaquil, el 18 de Diciembre de 2001.

La Masonería en Quito, en ese mismo año 2002, dentro del camino de consolidación de sus cuadros y de optimizar los trámites administrativos había procedido a organizar las bases, masónicas y de la jurisdicción civil, de la Gran Logia Distrital del Norte, designando a sus dignidades y autoridades encabezadas por el Gran Maestro Patricio Ruiz. La contribución de la GLDN al Convento de Riobamba fue importante desde la etapa de preparación y la asistencia de los Masones Quiteños fue relevante ya por la masiva asistencia como por los valiosos y estratégicos aportes a la conceptualización, discusión y aprobación,-casi todos por unanimidad, esto es lograr el acuerdo de las grandes figuras de la Masonería histórica y de los futuros cuadros- de los asuntos tratados: la unidad nacional de la Masonería Ecuatoriana y el reconocimiento de la descentralización de la Gran Logia del Ecuador a través de las Grandes Logias Distritales.

Un trabajo arduo, consistente y de enorme dedicación de la Gran Maestría recién instalada fue la confirmación y sustento de las Grandes Logias Distritales; luego del trámite al interior de la Masonería donde obtuvo amplia y plena aceptación, fue la gestión en la jurisdicción civil que tiene su expresión en el Acuerdo del Ministerio de Gobierno N° 0115 de 23 de abril de 2002 con el que se aprueban reformas a la Constitución de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador a fin de incorporar la descentralización mediante las Grandes Logias Distritales y en la Resolución de ese mismo Ministerio de 11 de octubre de 2002 con la que se confirma la Resolución antedicha; pero y, principalmente como expresión del espíritu de convivencia masónica, es el apoyo al “Acuerdo de Unidad Fraternal de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador” del 1 de diciembre de 2002, mediante el cual Gustavo Martínez, electo Gran Maestro en el Convento Masónico de Riobamba y Difilo Vargas en posesión material del Templo, también como Gran Maestro, convienen en, bajo “La sujeción irrestricta, a la autoridad de la Confederación Masónica Interamericana, Zona IV, como veedora, mediadora y garante del cumplimiento”, desistir de todos los actos internos y externos de impugnaciones; un procedimiento para la designación de Gran Maestro hasta el junio de 2006; “Iniciar de forma inmediata los procesos que requiera la creación de la Confederación Masónica Ecuatoriana”; y, reconocer a “Las Grandes Logias Distritales del Norte, del Centro y del Sur”.

GLDN en Guayaquil, acompañando a Gran Maestro de GLE

Esta gestión originaria de las Grandes Logias Distritales fue encabezada por el Gran Maestro Patricio Ruiz, quien hasta junio de 2008, dirigió, junto con los Diputados Grandes Maestros José Chávez, Francisco Páez y Juan C. Villacís, a las Dignidades y Oficiales electas en sendas Asambleas del 2002, 2004 y 2006: Jorge Meza, Jaime Arroyo, Eduardo Almeida, Víctor H. Donoso, Jorge Ojeda V., Fausto Reyes, José L. Viteri, Hamilton Gutiérrez, Carlos Tejada, Francisco Hidalgo, Alejandro Salazar, Gorki Acosta, José Gordillo, Rodrigo Vélez, Jaime Riofrio, Rodrigo Aguilar, Ramón Díaz. Esta actividad se completó con un nuevo acompañamiento a la solución de una adicional desavenencia en la Masonería Guayaquileña, lograda con los Acuerdos de Brasilia de octubre de 2004, suscrita por Patricio Caicedo y Luis Almeida, en su calidad de Grandes Maestros y de los testigos Carlos Boloña, Jorge Carvajal, Jorge Alejandro Vallejo, como las altas autoridades de la C.M.I. y de Laelso Rodríguez, Gran Maestro del Gran Oriente del Brasil; y el complementario de 2 de diciembre de ese mismo año, entre las dos autoridades antes citadas, por los cuales se ratificaban los puntos descritos en los Acuerdos de 2002 y que culminaron, el 18 de junio de 2005, con el otorgamiento, solemne y formalmente respaldado por Grandes e Ilustres Autoridades Interamericanas, de la “Patente Única de Constitución” a la “Gran Logia Distrital del Norte” con “personería jurídica y patrimonio propio (y con) goce de autonomía administrativa y financiera”.

Este período inicial de la Gran Logia del Norte, registra la aprobación, por parte de la Gran Logia del Ecuador, de su Estatuto, discutido en el 2003 y aprobado por la Gran Logia del Ecuador en 2005, la suscripción del “Tratado de Reconocimiento, Relaciones y Amistad” con el Supremo Consejo del Grado 33°, en mayo de 2006, así como una relación con otros Orientes de América, en el transcurso de estos años, con lo cual su vigencia y reconocimiento en los ámbitos masónicos fue cabalmente cubierta. Culmina este proceso con la incorporación a la “regularidad internacional” según consta en la publicación de la “List of Regular Lodges” de 2007 de la Gran Logia Unida de Inglaterra .

Grandes Maestros de Orientes Masónicos
nacionales e interamericanos

A continuación fue electo Gran Maestro Distrital Jaime Riofrio, el Gran cuadro que le acompañó fue compuesto por: Diputado Gran Maestro, Alcides Jaramillo, Gran Primer Vigilante, Jaime Acosta, Gran Segundo Vigilante, Jose L. Viteri, Gran Orador, Carlos Luna, Gran Secretario, Víctor H. Donoso, Gran Tesorero, Jorge Ojeda, Gran Maestro de Ceremonias, Marco Sáenz, Gran Primer Diácono, Patricio Patiño, Gran Segundo Diácono, Rodrigo Vélez, Gran Guardatemplo Interior, Francisco Páez, Gran Guardatemplo Exterior, Jorge Meza, Gran Canciller, Patricio Ruiz. Habiendo sido reelecto en 2010, las demás Dignidades y Oficiales fueron: Diputado Gran Maestro, Rodrigo Aguilar, Gran Primer Vigilante, Jaime Acosta, Gran Segundo Vigilante, César Mora, Gran Orador, Víctor H. Rodríguez, Gran Secretario, Víctor H. Donoso, Gran Tesorero, Jorge Ojeda, Gran Maestro de Ceremonias, Marco Sáenz, Gran Primer Diácono, Diego Suárez, Gran Segundo Diácono, Miguel Villareal, Gran Guardatemplo Interior, Francisco Páez, Gran Guardatemplo Exterior, Javier Torres, Gran Canciller, Patricio Ruiz.

El énfasis de esta administración fue consolidar la presencia de la Gran Logia local, nacional e internacionalmente, ésta actividad, al parecer tautológica, implicaba un esfuerzo continuado para incorporar Talleres que, de conformidad con la Constitución de la Masonería Ecuatoriana, debidamente modificada el 19 de mayo de 2005, se encontraban desfasados ya que la “Patente Única de Constitución” de la Gran Logia Distrital del Norte, le asigna “jurisdicción y competencia masónica, en la circunscripción territorial que comprende las Provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Napo, Sucumbíos y Orellana”; sin embargo los usos y costumbres masónicos privilegian la decisión de cada Logia y particularmente de cada masón, de trabajar por un esfuerzo de unidad y progreso, entonces, la adscripción de esas Logias, fueron procesos de vivencia de la Libertad, Igualdad y Fraternidad, es así como a las actuantes Logias Simón Bolívar N° 12, Juan Pío Montúfar N° 21, José Mejía Lequerica N° 35, Libertad N° 39 Quiteño Libre N° 48, se suman las Logias Rey Salomón N° 14, Gaspar Alamiro Plaza N° 26, Galápagos N° 31 y Ley Natural N° 52.

Esta gestión afirmativa de la presencia institucional de la Gran Logia Distrital del Norte culmina, en el ámbito jurídico externo, el 27 de abril de 2012, con la aprobación del Gobierno Nacional al Estatuto de la Gran Logia Distrital del Norte, al tiempo que se le otorga personalidad jurídica de derecho privado. Como entidad masónica se registra la actualización -e impresión en el caso de los de York- de los Rituales de los dos Ritos practicados, la edición de los “Procedimientos Masónicos” y la activación de la docencia masónica con la implementación de la Gran Comisión y del Centro de Estudios Masónicos.

Con las demás organizaciones del país se trazó un similar camino, así fue como, habiendo sido excluida la representación de los Talleres adscritos a las Distritales, conforme Decreto N° 2145-2008 de 16 de julio de 2008, se mantuvo una respetuosa distancia en los procesos electorales de la Gran Logia del Ecuador y en todas las oportunidades en que sus autoridades no recibían impugnaciones de Logias de Guayaquil, se mantenía una fraterna relación; habiéndose producido otro impasse, en febrero de 2011, los Grandes Maestros Distritales del Norte, Centro y Sur, Jaime Riofrio, Carlos Flor y Juan Uriguen, respectivamente , analizando las dificultades en la conformación del Gran Cuadro Logial en Guayaquil y “sin inmiscuirnos en los asuntos concretos que están confrontando” declararon su voluntad de “preservar junto a ellos la Unidad de la Masonería Ecuatoriana”; reiterarles el criterio de que “rebasando la formalidad del derecho público” e “iluminados por el G∴A∴D∴U∴ y enrumbados por su centenaria y gloriosa tradición de nobleza, sabrán encontrar el acuerdo” deberían ser, nuevamente, revocadas las “sanciones, restricciones y medidas administrativas surgidas por los desencuentros”. Determinaciones claras y respetuosas de los puntos de vista contrapuestos, pero también indicativas de la expresa voluntad de no intervenir en las desavenencias

Grandes Maestros Distritales

En el nivel internacional se emprendió una amplia tarea de estrechar vínculos con la Masonería continental con la presencia del Gran Maestro y otros Oficiales en eventos nacionales y de la C.M.I.; tiene especial trascendencia el “Tratado de Mutuo Reconocimiento y Fraternal Amistad” firmado en Quito el 24 de octubre de 2008 por los Grandes Maestros Jorge Romero, de la Gran Logia del Ecuador y, por las Grandes Logias Distritales, Jaime Riofrio, del Norte, Guillermo Montoya del Centro y Francisco Calderón del Sur, con la Gran Logia Masónica de Amazonas –GLOMAN- representada por su Gran Maestro René Levy; este Tratado tiene como antecedente la visita del anterior Gran Maestro Patricio Ruiz a Manaos, donde ya se establecieron las bases que fueron confirmadas en Quito, donde también recibieron la aquiescencia de los otros Grandes Maestros. Los criterios constantes en el Tratado hacen alusión a la relevancia de la fraternidad panamazónica en asuntos ritualísticos y de fraternidad y que pasa por el entrelazamiento de los intereses comunes entre Ecuador y Brasil en los ámbitos de la cultura, economía, geopolítica. En la siguiente fotografía, reproducida de un informativo brasileño, se observa la solemnidad de la firma, la presencia de los Grandes Maestros Ecuatorianos, del Gran Maestro Brasileño y del Testigo de Honor Presidente de la Zona IV de la C.M.I.

A pedido del Gran Maestro Jorge Romero, de la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Ecuador y Presidente de la Zona IV de la C.M.I., la Gran Logia Distrital del Norte, organizó la Asamblea Anual de la Confederación Masónica Interamericana, Zona IV, con la asistencia de masones de América y de Europa y de Organizaciones Fraternas , del 22 al 25 de abril de 2010 se llevó a cabo este importante evento masónico de resonancia mundial.

La reunión denominada “Conciencia, Ideología y Paz” , presentó al mundo masónico la “Carta de Quito” en la que se resume el pensamiento actualizado de la Masonería que desde los indicados elementos de la vivencia mundial, reafirma que la violencia, producto de la falta de libertad, no es condición intrínseca a la naturaleza humana y son los principios masónicos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, como instrumentos para labrar la perfección humana, son el áncora de salvación de la humanidad y obtener la Paz; se concluye citando a Gandhi: ”No hay que buscar el camino a la paz, la paz es el camino”, al pensamiento masónico de Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la Paz” y a la esperanza bolivariana de “¡Uníos, uníos para fortalecer América del Sur”.

Mesa directiva de la Asamblea Anual
de la Zona IV de la C.M.I.

Habiéndose discutido en la Mesa de Trabajo de los Grandes Maestros la solicitud de la las Grandes Logias Distritales de su institucionalización como Logias independientes de manera que facilite la conformación de la Confederación Masónica Ecuatoriana, moción que fue aprobada en la Plenaria de esta Asamblea Anual, se suceden dos actividades significativas en la historia masónica ecuatoriana. Una –paralela a las actividades “regulares que se efectuaban en Quito-, la “Carta de Intención Privada” suscrita por Rafael Aragón, Secretario Ejecutivo de la C.M.I., Jorge Romero y Carlos Hidalgo, Gran Maestro y Diputado Gran Maestro de la Gran Logia del Ecuador, respectivamente, Jorge Díaz, Gran Maestro de la GLEDE y Pablo Espinoza, Vice Gran Maestro de la GLEDE –con ausencia de las Grandes Logias Distritales-; en la que constan acuerdos sobre la formación de la Conferencia Masónica Ecuatoriana, bajo determinados parámetros. Dos –deveniente de las conversaciones mantenidas en las reuniones informales, como también de la resolución de una de las Mesas de Trabajo de la Asamblea-, la carta de los Grandes Maestros Distritales al Gran Maestro de la Gran Logia del Ecuador , solicitándole las acciones para ejecutar lo acordado en la Asamblea Anual de la Zona IV de la C.M.I., la cual fue contestada por la más alta autoridad de la Masonería Ecuatoriana “reafirmando su indiscutible Autoridad Única e indivisible sobre el Simbolismo Masónico con jurisdicción plena en todo el territorio Ecuatoriano” y determinado que “tendrán que haber sendas reuniones entre los interesados, además de analizar y dejar expedito el camino para que si alguna otra Gran Logia que trabaje irregularmente, sepa el asidero a tomar para su regularización”.

Con plausible espíritu fraterno, en pleno ejercicio democrático y conforme a la reglamentación existente, fue reemplazado el Gran Cuadro de la siguiente manera:

GRAN LOGIA DISTRITAL DEL NORTE 2012-2014

Gran Maestro Jaime Acosta Holguin
Diputado Gran Maestro Armando Aceldo Gualli
Gran Primer Vigilante Rafael Molina Zeas
Gran Segundo Vigilante Jorge Arroyo Cabrera
Gran Orador Roberto Albornoz Lasso
Gran Secretario Enrique Gortaire Arboleda
Gran Tesorero Jorge Ojeda Villacís
Gran Maestro de Ceremonias Francisco Nieto Serrano
Gran Primer Diácono Freddy Donoso Páramo
Gran Segundo Diácono Gerardo Zapata Pacheco
Gran Guardatemplo Interior José Luis Viteri Lastra
Gran Guardatemplo Exterior José Cárdenas Hernández

La estructura material de la Gran Logia Distrital del Norte, expresada en la construcción del Templo, es una actividad preponderante del nuevo Gran Maestro Jaime Acosta, eso se refleja en una campaña inédita alentando la generosidad de los miembros de todos los Talleres, por la falta de antecedentes inmediatos despertaba dudas, pero los resultados las despejan y hasta positivos sucesos imprevistos dieron lugar a que se cuente con un importante fondo que permitirá, inmediatamente, la adquisición de un terreno, sustento adecuado para el siguiente paso, la construcción del Templo.

Su gestión encaminada a profundizar la trayectoria de unidad masónica nacional adquiere relevancia con el Manifiesto suscrito en Riobamba el 28 de setiembre de 2013 expresando que “Los acuerdos que hemos celebrado entre las GG∴LL∴DD∴ demuestran nuestro anhelo de mantener la Unidad Masónica, sugiriendo siempre que se resuelvan los problemas suscitados entre algunos HH∴ de la G∴L∴E∴ con sede en Guayaquil..” y reafirmando que “cualquier resolución que adoptemos sobre temas que puedan tener importancia masónica, la adoptaremos en forma conjunta y con la misma unidad de siempre”

Gran Maestro Jaime Acosta en actividades logiales

Analíticamente se observa que en el corto tiempo de funcionamiento de la Gran Logia Distrital del Norte, en tres administraciones distintas, se mantiene una línea de trabajo consistente no solamente en el tratamiento de los asuntos internos sino también con las Grandes Potencias de países vecinos, así el 8 de setiembre de 2012, en Quito, los Grandes Maestros Albaro Yépez, de la Gran Logia de los Andes y Vicepresidente de la Zona IV de la CMI, Juan Castro, de la Gran Logia de Costa Rica, Juan Medina de la Gran Logia de Nicaragua y los Grandes Maestros Distritales del Ecuador Jaime Acosta, Patricio Vallejo y Rodrigo Sempértegui, suscribieron un “Tratado de mutuo reconocimiento y fraternal reconocimiento”, reiterativo con lo señalado en párrafos inmediatamente anteriores y significativo en cuanto el mundo masónico, más allá de los conflictos dados en Guayaquil y no superados pese a su diplomática intervención, otorga la aceptación internacional al sistema de Logias Distritales del Ecuador, como Potencias Masónicas Regulares.

En este contexto y lamentando el persistente conflicto suscitado por las Altas Dignidades de la Masonería de Guayaquil, los Grandes Maestros Distritales Jaime Acosta, Rodrigo Sempértegui y Patricio Vallejo, se dirigen al Secretario Ejecutivo de la Confederación Masónica Interamericana, Tomás Álvarez, con un amplio sustento del derecho nacional y del masónico, un resumen de los hechos conocidos por la Masonería Interamericana y una sugerencia de solución patrocinada por la CMI.

El pedido concreto se expresa en los siguientes términos:
“Por lo expuesto, Q∴M∴R∴H∴ Tomás os solicitamos que analicéis los puntos tratados y sobre todo el cumplimiento de los Fundamentos del Derecho Masónico de las GG∴LL∴DD∴ del Norte, Centro y Sur, sobre todo la asignación de jurisdicción y territorio en 16 provincias del Ecuador, lo que demuestra la Unidad de la Masonería. De tal forma que vos Q∴M∴R∴H∴ y por vuestro digno intermedio la Confederación Masónica Interamericana nos apoyen, para que seamos nosotros los GG∴MM∴DD∴ quienes convoquemos al Pueblo Masónico para realizar las elecciones de la Gran Logia del Ecuador o nos orienten sobre a quién considerar como G∴M de la GL del Ecuador.”

Ante la fundamentada petición, es de esperarse que la CMI, dentro de sus atribuciones y trabajando efectivamente por la Unidad de la Masonería Continental, adopte medidas claras y enérgicas para, sin favorecer ni perjudicar a ninguna posición deliberante dentro de la Masonería Ecuatoriana, defina procedimientos y dignidades que deberán asumir la conducción pacífica y fructífera en la Gran Logia del Ecuador. Seguramente y considerando que por más de una década subsisten las controversias en Guayaquil pese a dos anteriores intervenciones diplomáticas de la C.M.I., esto implique restricciones masónicas para determinadas personas y cargas administrativas para algunos Talleres; con el criterio de preservar la buena marcha de la Augusta Institución y el acendrado espíritu esotérico de renunciamientos personales de los interesados, en “bien general de la Orden” cumplirán con la Masonería Ecuatoriana.

Perspectiva de la Masonería Ecuatoriana
La sociedad actual, evidentemente, tiene una estructura, una perspectiva diferente a la conocidas en pasadas generaciones: la contaminación ambiental, la globalización y sus problemas geopolíticos, el acelerado proceso científico y tecnológico, complejos químico-industriales, neofactores energéticos, la nanotecnología, la ingeniería genética, la hiperconectividad; la Humanidad se ha escindido entre quienes saben aprovechar un computador y quienes lo desconocen, entre quienes poseen y manipulan información y quienes carecen de este poder. Al mismo tiempo vivimos la refinación de las antiguas taras sociales de corrupción, racismo, xenofobia, pobreza, exclusión social.
Anteriormente se consideraba al agua, al aire, a la tierra y a la vida, como los elementos interactuantes del universo, actualmente se discute la prioridad de la creciente población humana como elemento constructor de los procesos sociales, políticos, ecológicos en nuestro planeta y a la vez, principal perturbador de ellos.
Siendo así, las perspectivas de las organizaciones humanas, históricamente modeladas alrededor de la escolástica, de las doctrinas individualistas y del monopolio económico, tratan de rebasar estos lineamientos y confrontar sus proposiciones con la aspiración social de paz y cultura en todos los ámbitos y rincones planetarios.
La espiritualidad, inherente al ser humano, tiene en la vertiente religiosa la mayor expresión de buscar la perfección, esta milenaria búsqueda ha colocado en la cúspide del ejemplo a muchas personas pero concentrando su accionar en el fuero interno, incidiendo en las individualidades virtuosas más que en los públicos esfuerzos colectivos, espacio en el cual el acompañamiento de las jerarquías a los poderes terrenales ha sido causa de escándalo y oprobio.
Los constructos político-económicos actuales, surgidos luego de dos guerras mundiales, se sintetizan en que mientras el marxismo, mal incrustado en una burocracia autoritaria e inepta, mostró la debilidad de las teorías abstractas frente a la praxis del mejoramiento de las condiciones de vida, uno de los logros del sistema capitalista avanzado es su proclamación de la superación de la lucha social, este “Fin de la Historia” tan atrevidamente propuesto como el todo vale de la cúspide concentradora de poder económico, político, militar, científico, únicamente ha logrado magnificar la desigualdad socioeconómica y al deterioro ambiental.

Estas dos contradictorias cosmovisiones, impusieron a la sociedad mundial una feroz competencia en el predominio político-militar-económico, impactaron en el desarrollo tecnológico, entendiéndole como el crecimiento de la industria militar y la inducción al consumismo ilimitado; en el “agrandamiento” de derechos políticos y económicos definiéndolos dentro de la promoción de la propiedad privada y los mercados; estos componentes están acompañados del espectacular y funcional incremento demográfico –disminución de la morbimortalidad e hiperurbanismo-, como al deterioro del medio ambiente y a la profundización del desequilibrio social; en paralelo, el inarmónico aprovechamiento del natural, ¿inevitable?, progreso de la sociedad humana desde el conocimiento cada vez más afinado, extenso y profundo que, inteligentemente, sistematiza y verifica los saberes ordinarios hasta conformar el saber científico.

Frente a este descrito, el ¿a dónde vamos? de la Masonería no puede quedarse como un recuento declamatorio de glorias pasadas. ¿Cuál el futuro la Masonería en el Siglo XXI. Prepara otra revolución o tiende a ser un anacronismo del pasado? Esta pregunta que se formuló Emilio J. Corbiére con motivo del jubileo masónico por el nuevo milenio, abrió un espacio de respuestas y reflexiones que concluyen reafirmando el valor del antiguo “hermetismo” como poderoso auxiliar de la ciencia y del racionalismo lo cual permite expresiones sincréticas y permanentes de los derechos humanos, el humanismo secular en favor de la paz y de las realidades culturales específicas y la optimización de la ciencia y tecnología en beneficio de todos.

La masonería tiene varios procedimientos. Tradicionales que se basan en preservar los antiguos conocimientos y que constituye su filosofía perenne; esta característica no es de manera alguna inmovilista porque busca crear en cada tiempo, en cada época, las condiciones favorables para implementar los apropiados cambios socioculturales, políticos y económicos contenido esencial de los saberes trascendentes de la Verdad, el Bien, la Belleza y la Justicia. La Ciencia Profana no ha podido asumir todos estos contenidos y carece de la profundidad y alcance necesarios para impedir las taras sociales del mundo contemporáneo, al tiempo que es impotente para asimilar al progreso como ingrediente del bienestar humano.

Otro filón masónico es el incuestionable vínculo de sus integrantes (aunque formados esotéricamente en la Masonería, participantes cívicos de manera personal) con la transformación y difusión del conocimiento basado en la razón que produjo al finalizar la Edad Media, la revolución democrático-burguesa, la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX; estos procesos se cumplieron con la abolición del absolutismo, del feudalismo, con las revoluciones democrático-liberales e independistas; adversando la verdad revelada, con la implementación del método científico, oponiendo el derecho natural de los reyes con el derecho de los ciudadanos; implican el sustento del quehacer democrático, son los principios éticos que no pueden consolidarse fuera de la Libertad, Igualdad y Fraternidad, proclamados por la Masonería Universal.

Cada Masón, cada Logia, cada Obediencia, ha heredado la manera de entender el mundo que dio a luz a la democracia que acabó con tiranías seculares, que lucha contra la superstición y la ignorancia, que desde la fraternidad busca la igualdad como medida y efecto de la libertad; ésta es nuestra singular característica, la piedra angular sobre la que construimos nuestro Edificio y nuestro deber es mantenerla y actualizarla. Mantener estos valores inmarcesibles e indispensables para la convivencia humana. Actualizarlos porque su aplicación en la sociedad adquiere nuevos y adicionales características.

Para mantenerlos, debemos robustecer la conciencia de hombres libres y de buenas costumbres, esto es, hombres hasta adictos a buscar la perfección, permanentes trabajadores de la verdad, insumisos a la vanidad del poder, contestarios a los poderes fácticos, reaccionando contra el odio y la mentira. La investigación y el estudio son las formas de actualizar, de dar vida a los principios, tengamos presente que, así como la libertad fue sucesivamente entendida zafarse del yugo esclavista, de la férula del trabajo feudal, de la explotación capitalista, de los límites al pensamiento, así mismo, los Principios Primigenios deben conservarse pero no al estilo de un museo, en que las piezas expuestas carecen de vida y son, por ello, reflejos o representaciones de lo que fueron; al contrario, nuestra conservación es la de valores vivos, la de especímenes que respiran y crecen más allá de nuestros templos; son valores actuales producto del conocimiento, valoración y exposición de ideas y propuestas; son los principios esotéricos convalidados en la contemporánea sociedad del conocimiento.

De las dos tareas anteriores, teoría y operatividad, se desprende, pues, una necesaria intervención en sociedad, en la medida y oportunidad en que cada Masón, cada Logia o cada Obediencia pueda hacerlo; es la ocasión de verificar la construcción de ideales sin los cuales los individuos son cadáveres en campo social; nuestra vivencia nos encuentra nadando a contracorriente en una sociedad que prefiere la apariencia al ser, entonces, nuestro deber intentar cambiar este status quo y eso sólo lo podemos hacer desde la autenticidad que presupone la actividad cotidiana en los talleres: el debate, el intercambio riguroso y fraternal de ideas y puntos de vista y su producto: la defensa pública de los valores que nos caracterizan, pese a quien pese, de una manera contrastada pero inequívoca.

Final y fundamentalmente, debemos afrontar la difícil misión de lograr una voz común y coherente que siente las bases comunes a toda la Masonería; las diferencias geográficas, organizativas, de los ritos masónicos, como expresión de diversidad, es forma de enriquecer y aprovechar experiencias; la Masonería a través de los siglos perdura en el mundo, lideró los procesos de transformación de la sociedad humana, he ahí la prueba experimental de que la variedad de su composición ha sido el vehículo para un accionar vigoroso, por ello tiene la autoridad y capacidad para proponer a la sociedad un modelo de Armonía Universal teniendo como Objetivo Central la Nueva Sociedad de Paz y Cultura. Construida a partir del ejercicio de los elementos de la Ciencia Trascendente: Bien, Verdad, Justicia, Belleza; de los principios inherentes a la convivencia humana de Libertad, Igualdad y Fraternidad; y, de la implementación de una Cátedra de Valores Ciudadanos, como modeladora de la Ética Social. Sus fines: los retos contemporáneos de lograr: Justicia Social, Democracia, Sociedad del Conocimiento, Desarrollo Sustentable.